(Copia de) Atlas de Histología de Luna
Adiposo
El tejido adiposo es el tejido conjuntivo encargado en el almacenamiento de lípidos y en controlar el metabolismo. Las células que forman este tejido son conocidas como adipocitos, unas células grasas con forma redonda constituidas por un contenido lipídico que representa la mayoría de su masa celular.
Dentro del tejido adiposo, encontramos el formado por grasa blanca y el formado por grasa parda (o marrón). Como dato curioso, estos tejidos se forman en el periodo prenatal.
El tejido formado por grasa blanca (tejido graso preponderante) lo podemos encontrar en todos los mamíferos. Los adipocitos, como he explicado anteriormente, contiene una gran cantidad de grasa que ocupa prácticamente todo el citoplasma, por lo tanto, la grasa en este tejido es muy abundante. Debido a la cantidad de grasa en los depósitos viscerales, hay un riesgo de diabetes tipo II y de enfermedades cardiovasculares, mientras que, la grasa acumulada en la parte de los glúteos puede llegar a ser beneficiosa debido a que protege.
Las funciones que lleva a cabo, pueden ser de reserva y de aislante de frío debido a la grasa. También tiene una función endocrina importante mediante las adipocinas, favorece a la liberación de ácidos grasos y, finalmente, almacenan vitaminas solubles en grasas.
En cuanto al tejido formado por grasa parda, está formado por numerosas gotas de lípidos, a diferencia de la grasa blanca que estaba formada por una sola gota. Los adipocitos de este tejido, son más pequeños que los de la grasa blanca y su núcleo es redondo. El color marrón de este tejido, se debe a la presencia de numerosas mitocondrias dentro de su citoplasma. El aspecto de este tejido, puede cambiar dependiendo del estado ambiental, como es el caso de los ratones. Una característica de este tejido es que, en temperaturas altas, su forma se parece a la grasa blanca. Sus funciones son las siguientes: funciona como aislante del frío y del calor, actúa como almohadilla y como un almacén de reservas nutritivas
